En la guerra de Sucesión española la Corona de Aragón apoyó la opción de Carlos de Austria para recuperar así el poder político que había tenido antes de la unión con Castilla. En el otro bando los Borbones, ocupando el trono de España, veían la ocasión de ampliar su hegemonía en Europa gobernando Francia y España. Esto afectaría a la estabilidad de Europa y pasaría a ser de interés internacional, dando lugar a la Guerra de los 30 años. Finalmente Inglaterra abandonaría la lucha, dejando a la Corona de Aragón frente al ejercito Castellano y Francés.
La resistencia fue muy fuerte y en 1713 el ejército franco-castellano sitió la ciudad de Barcelona. La ciudad con un ejército de 5000 hombres no se rindió, aguantó el sitio 13 meses, hasta que el 11 de setiembre de 1714 el ejército franco-castellano atravesó las murallas de la ciudad con 40000 soldados. A ese punto, la ciudad decidió ofrecer resistencia calle por calle. Muchos murieron. Hasta las crónicas enemigas hablan de la valentía de los ciudadanos. Finalmente Barcelona cayó y un año más tarde lo hacía Mallorca i Menorca.
El castigo fue Magno y las instituciones de la Corona, la nación, las leyes, la lengua catalana… serían abolidas o prohibidas por el Decreto de Nueva Planta. Todo poder pasaría a ser centralista y desde Madrid.
A principios del siglo XX Cataluña adoptó ese 11 de septiembre como su día nacional. Se celebra la valentía con la que se luchó y se recuerda las instituciones que hasta entonces había tenido Cataluña y la Corona de Aragón.